Poema Esto no es para ti

Esto no es para ti… Poema

A partir de esta mañana,
Soy el más fiel devoto del silencio,
Me caso con el,
Prometo tragarme mis palabras
En los momentos en que la ira intente
Romper la sabiduría.

A partir de este glorioso momento
En mi morirá la resistencia
Ante la ira de otros, Silenciare
Consiente, soy el dueño
De mis palabras, ellas no pueden lacerar
A nadie más, que a mí mismo.

A partir de este instante
Los sentidos, no pernoctaran su esmero
En críticas negativas
Hermanare con la grandeza
De las faenas altruistas
Que engalanan a las esencias distinguidas.

Hoy por siempre
Reservare mi silencio
Este, es mío, solo yo puedo vivirlo
Con inmenso celo
Cada día, alcanzar la agudeza
De mí mismo, del remanente perdido.

Un día cualquiera en mi silencio
Cerrare los ojos
Conectado con el universo
Llevare la experiencia
Vivida en este adolorido cuerpo
Que envejece al pasar el tiempo.

Un día de luz, como este
Cargo con cada uno de mis peros
Me enamoro del taciturno silencio
Antes de caer en el piélago
En la prisión de mi soflamas
Que catapultan ojeriza en la flama.

Un día cálido, se curan las heridas
Aun, no cicatrizadas
Me caso reiteradamente con la elipsis
Liberando mí presencia
De la gabela de la sátira
De quienes mueren en cada soplo
En esfera de vivir su ajustada savia
Se sumergen sin disfrutarla.

En cada mañana
Prometo agradecer
Al vivo universo
Por estar tácito en mí
Por dejar que sea parte de su implícito
Siendo, tierra, agua, aire y fuego.

Solo esto pido en este magnífico día
Saber que soy chispa divina
Sustancia creadora
Puerta de nuevas probabilidades
Disposición a poner la otra mejilla
Transformando la vida.

En este instante me integro
Con el cambiante universo
Que en segundo transforma
Millones de años de cristalización de la existencia,
Dentro de la paralelidad cósmica
En la simultaneidad existencial.

En este instante mágico
La conciencia se excita
Se esparce la chispa
En oleadas divinas
Se entiende necesaria la muerte
Para que renueve la vida.

En este instante el universo zarandea
En un silbido, se pierde la sensatez
Se desconecta la capacidad
Se extingue el razonamiento
La conciencia se muda
Se habita disoluto en la franja
Sin comprender en la orla el sigilo.

Escritor: Marcial Figuereo rosado