viernes, 1 de abril de 2011

El poder desgasta el liderazgo.

El poder desgasta el liderazgo.

Me duele ver como el partido de mi simpatía, el único por el cual he votado desde el 1996, cuando voté por primera vez, ha perdido primeramente la ideología del máximo líder, su fundador el profesor Juan Bosch, hoy mal justificado en el crecimiento logrado en la preferencia del pueblo, suelen decir que en un partido grande puede suceder cualquier cosa, justificación esta que deteriora la imagen de nuestro máximo líder.

A la fecha se puede observar como el apego humano al poder desgasta el liderazgo del mismo partido, causando una serie de conflictos internos que no deberían darse, al romper con los principios democráticos que profesamos. Dividimos en lugar de unir a través de la imposición de algunos candidatos, obviando las reglas del juego, lo que no permite que se midan las fuerzas de los aspirantes y se puedan desarrollar líderes de relevo. ¿Me preocupa saber que pasaría, si el líder muere en un momento como este? No quiero imaginarlo.

Creo que en el partido y el país existen decenas de dominicanos, llenos de principios, a los que se les debe dar la oportunidad de ayudar a solucionar las dificultades que afronta el estado. Debemos echar a un lado el individualismo y el deseo de predominar como el único que sea capaz de llevar el partido al poder, al contrario debería ser de satisfacción saber que tenemos un equipo de líderes prestos para servir al pueblo, en lugar de servirse de los recursos del pueblo.

En teoría la democracia es participativa, pero no se aplica cuando se impone a un candidato sin el consenso de todos los miembros, es decir, se debe participar de elecciones internas limpias para que nos dirijan quienes sean del agrado de la voluntad popular, no quienes tienen más dinero para comprar la conciencia de los dominicanos ignorantes, que venden el desarrollo de nuestro país y su propio futuro, por unas cuantas fundas de cemento, hojas de zinc, fundas de alimentos y cualquier otra tontería que hace brillar en los escenarios los niveles de pobrezas.

No se cumple la ley, cuando hacemos hasta lo imposible para excluir a la mujer en los cargos municipales, congresuales y en las instituciones del estado, predominando dentro del partido una cultura machista, donde está demostrado que la mujer es capaz de transformar a una sociedad como es el ejemplo de nuestra historia.

No coloquemos a algunos compañeros entre el filo de la navaja, llevándolo a gravitar en sus infiernos psicológicos, haciéndole ver que cuenta con el apoyo del máximo líder entre comillas, ya que la voluntad del líder no es la voluntad del pueblo, debe ser al contrario, la voluntad del líder, debe ser la voluntad que sigue el pueblo.

Gracias señor director por darme la oportunidad de compartir con lectores y seguidores de este importante medio. Gracías por permitirme llegar hasta ustedes a través de este artículo.

Atentamente,
Marcial Figuereo Rosado

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