martes, 29 de marzo de 2011

CAPACITACIÓN TÉCNICO / COMERCIAL: GENERALIDADES

CAPACITACIÓN TÉCNICO / COMERCIAL: GENERALIDADES

1.1.   INSTITUTOS, ESCUELAS O CENTROS DE CAPACITACIÓN TÉCNICA: DEFINICIÓN.

¿Qué es un Instituto o Centro de Capacitación?
Es un establecimiento, donde se imparte información técnica-profesional-vocacional, es decir que el término instituto técnico significa establecimiento educativo[1].
              
Cuando este término se interpreta como un establecimiento de enseñanza, es fácil identificar los institutos o centros de capacitación técnicas con muchos tipos  de estructuras organizativas o administrativas, en algunos se enseña una sola disciplina, exclusivamente dedicada a la formación de técnicos, y que pueden contar con apoyo privado u oficial; cuando son sostenidos por el aporte privado puede ser de particulares o sin fines lucrativos, tener filiación religiosa, ser subvencionado por la industria, dirigido por un solo individuo o administrado por cualquiera de una gran variedad de juntas independientes o corporaciones[2].

Algunas características definitorias de instituto técnicos: Es una clase especial de instrucción, con el agregado de que cualquier institución  o división de una institución, que ofrece este tipo de instrucción es un instituto o centro de capacitación técnica, lo cual estará de acuerdo con la definición que da el Diccionario de Educación (Diccionary of Education), que define el término como:  una institución o división de una institución de estudios superiores que ofrece instrucción en una o más ramas de la tecnología, a menudo conducente a la obtención de un titulo asociado; se aplica a una instrucción de tipo terciario que cae entre el obrero especializado y el ingeniero profesional[3].

La educación técnica posee ciertas características definidas que han evolucionado en el curso de los años y que están sufriendo constantemente sutiles modificaciones; de acuerdo a varias opiniones existentes, hay bastante uniformidad de criterio sobre los puntos siguientes:

1. Es Post-secundario, es decir, que debe estar dirigida a un egresado de un estudio secundario o de un nivel de estudio equivalente; estos en la actualidad pueden variar de acuerdo a las circunstancias y necesidades educativas que demanda el país.

2. Es esencialmente “terminal”, es decir, se proporciona el conocimiento completo, para que el individuo pueda ocupar su lugar como profesional apto en su respectiva actividad.

3. Se relaciona con los campos de la ciencia y la tecnología: se orienta especialmente hacia campos de las      enseñanzas aplicadas, es decir, capacita a técnicos para desempeñarse como  ayudantes de profesionales en estos campos.

4. Ofrece instrucción intensiva durante un breve período: la mayoría de cursos se desarrollan en un período de un año a dos años académicos.

5. Pone gran énfasis en la aplicación: el programa típico de un instituto o centro técnico contiene algo de teoría, pero, por lo general, no más de la esencial para comprender su aplicación[4].

Este término de instituto técnico, conforme lo conocemos en la actualidad, refleja la necesidad de personas adiestradas o capacitados en una tecnología compleja.


1.2.       ANTECEDENTES, ORIGEN Y EVOLUCIÓN DE LOS INSTITUTOS, ESCUELAS Y CENTROS DE CAPACITACIÓN TÉCNICA-COMERCIAL (PROFESIONAL-VOCACIONAL).


Los programas de educación reflejan, por lo general, las filosofías, la cultura y las necesidades de un pueblo en determinado momento o lugar”. Según Graney, la Educación Técnica marcha a la zaga del desarrollo de un pueblo, y avanza, por así decirlo, “a saltos y corcovos”, cuando las sociedad se ve frente a condiciones de crisis.

En el período de la colonia en los primeros años de Estados Unidos como nación, existía poca necesidad de una educación técnica formal. Los agricultores y artesanos se capacitaban con el aprendizaje y los científicos se formaban en el extranjero.

Las influencias que repercutieron  en la economía, en los años que precedieron la guerra civil modificaron las necesidades del país hasta un punto en que esas fuentes tradicionales de recursos humanos resultaron inadecuadas para una economía en tiempo de paz y críticamente insuficiente en tiempo de guerra. La guerra misma dio lugar a la cristalización del pensamiento y a la acción respecto de este potencial técnico. Su resultado fue una legislación federal expresada en la ley Marrill, que estableció la concesión de tierras para la fundación de universidades de ingeniería y agricultura[5].

En los años anteriores a la primera guerra mundial existía una condición similar, un alto porcentaje de la mano de obra artesanal se había formado o capacitado en Europa y las industrias dependían en el Norte de la corriente migratoria para manejar su gigantesca planta industrial, Nuevamente, en Estados Unidos peligraba su seguridad en tiempos de paz y se tornaban vulnerables en tiempo de guerra. 

Una vez más,  el impacto de la guerra impulsó a la acción al poder federal y el resultado fue la ley de la educación vocacional Esmith Hughes, cuyo objetivo era corregir el déficit de artesanos. Los acontecimientos que precedieron a la segunda guerra mundial, y luego el conflicto en si obligaron al gobierno a establecer el “Engineering Defense Training Program”, y, posteriormente, el “Engineering, Science, Management The Training Program”. Cientos de miles de especialistas del nivel técnico fueron adiestrados durante este lapso; y ello reveló a gran número de educadores la absoluta creación de un autentico plan de enseñanza de largo alcance con nivel de instituto técnico o centro técnico como se llama en nuestro país.

Los comienzos, si es exacto, decir, que el instituto técnico, conforme lo conocemos en la actualidad, cabe reconocer que su historia se remonta a más de 200 años, según Smith y Liprett.  “Las fuerzas socioeconómicas que dieron lugar al surgimiento del instituto técnico empiezan a hallar expresión en la academia fundada en 1751 por Franklin, el cual buscaba el mejoramiento de la agricultura, la industria y el comercio por medio de la aplicación de la ciencia y la razón”.

Wickenden y Spahc, señalaron que el Liceum fundado en gardiner, Maine, en 1822, fue el primer instituto o centro técnico que funcionó en los Estados Unidos. Otros, tales como el Ohio Mechanics Institute, de Cincinnati, funcionan todavía.

La mayoría de los primeros establecimientos que podrían ser identificados como institutos técnicos han desaparecidos desde hace mucho tiempo.  En parte, traían su origen técnico Alemán (Technikum Alemán), con su bien ordenado CURRICULUM en un nivel netamente  pre-universitario, según la definición  que se le dio a los institutos técnicos después de la segunda guerra mundial, estos se salen de la definición, pero, lo cierto, es que estos fueron los precursores de la capacitación técnica a través de los institutos o centros técnicos[6].
La educación de técnicos fuera de los Estados Unidos, en los otros países industrializados corre de manera paralela tanto en su desarrollo como en sus alcances, esto se debe a que los alcances de las ciencias se han esparcidos libremente por todo el mundo y el impacto de la revolución industrial ha alcanzado a la totalidad de las sociedades Occidentales más avanzadas. En Inglaterra y Europa Continental, la presión demográfica suscita desde hace ya mucho tiempo una intensa competencia económica, tanto nacional, como internacional, haciendo que cierta dirección centralizada se convierta en una necesidad para la supervivencia nacional. En este estado de cosas se concibió la educación técnica como un problema nacional, y su organización, dirección y control, fueron cuidadosamente planificados[7].

Los primeros progresos en educación técnica, en las ya maduras economías europeas se produjeron a un ritmo más rápido que Estados Unidos.

En otras partes del mundo la capacitación técnica se ha encarado más recientemente o no se le reconoce como empresa educativa formal.  En Canadá, Australia, Japón y Rusia, se han avanzado rápidamente en los recientes años para ponerse al día. 

Algunos países Latinoamericanos, La India y El Pakistán, y algunos pueblos del cercano oriente y África se hallan en los lumbrales de un autentico desarrollo. 

Existen, sin embargo,  muchos lugares del mundo con poblaciones de millones de habitantes donde la educación técnica, en cualquier nivel, es virtualmente desconocida[8].

Publicado por Marcial Figuereo Rosado.

[1] DRANEY, MAURICE R. La Escuela de Enseñanza Técnica”, Impreso en la Argentina, by Editora: Editorial Troquel, S. A., Buenos Aires, 1968. Pág. 10
[2] Ibit, Pág. 13
[3] Ibit, Pág. 15 
[4] Ibit, Pág. 15-16.
[5] Ibit, Pág. 19-20
[6] Ibit, Pág. 20
[7] Ibit, Pág. 29
[8] Ibit, Pág. 30

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